El año que estamos a punto de dejar atrás ha vuelto a evidenciar que las Bolsas americanas siguen teniendo una estructura más alcista que las europeas. Por noveno año consecutivo, Wall Street ha subido más que Europa. No sólo eso: Wall Street ha tenido un gran año, con subidas cercanas al 20% para el Dow Jones y el S&P500, y cercanas al 30% para el Nasdaq. De hecho, como hace poco indicó Donald Trump en un tweet, es la primera vez en la historia que el Dow Jones sube más de 5.000 puntos en un solo año (lo que obvia el porcentaje relativo), y es el mejor año bursátil dentro del primer año de mandato de un presidente electo desde que se recuerda.
Europa peor que Wall Street
Sin duda, el efecto de Donald Trump y de su reforma fiscal en las plazas americanas ha sido muy potente. En Europa, en cambio, hemos vuelto a sufrir la inestabilidad política, que ha golpeado al Viejo Continente de manera mucho más clara a cómo lo han hecho los problemas políticos americanos a Wall Street. Las elecciones de Francia, Alemania, la negociación del Brexit y por supuesto, el tema de Cataluña, han pasado una factura más o menos contundente.
Otro factor que probablemente ha pesado negativamente a este lado del Atlántico ha sido la revalorización del Euro. Recordemos que el EUR/USD se acercaba a niveles de 1,03 a comienzos de año, cuando la inmensa mayoría de los analistas pronosticaban la pérdida de la paridad en el par, dado el aumento de la inflación que iban a genera las políticas económicas anunciadas por Trump. De hecho, durante los cuatro primeros meses del año, las Bolsas europeas subieron con mucha más fuerza que las americanas, en un ejercicio que sí que parecía apuntar a que por fin, Europa superaría a Wall Street.
Si hubiéramos comprado bolsa europea en dólares, el rendimiento no sería tan distinto respecto a las plazas americanas.
El petróleo en máximos y las criptomonedas en subida libre
Otro actor protagonista este año ha sido el petróleo, que parece que por fin ha dejado atrás más de dos años de fuertes caídas, y ha conseguido avanzar cerca de un 20%, hasta situarse en máximos desde 2014. Sin embargo, la mayoría de analistas coinciden en no otorgarle un gran potencial de subidas.
Pero probablemente, los activos que mayor atención mediática han acaparado han sido las criptodivisas, y en especial, el Bitcoin. Hasta el punto de convertirse en tema de tertulias más allá de foros puramente financieros.
Si para los inversores de más largo plazo, 2017 ha sido un buen año (especialmente en Wall Street), para los traders más cortoplacistas, 2017 no ha sido probablemente el mejor año que se recuerda, debido principalmente a un hecho: la volatilidad en los principales mercados ha sido extraordinariamente baja. Y como hemos señalado en multitud de ocasiones, la herramienta con la que trabajan la mayoría de traders es la volatilidad en algunas de sus concepciones.
La realidad es que ha costado mucho ver sesiones en las que índices como el DAX o el Eurostoxx hayan tenido un movimiento diario superior al 1%. En Wall Street ha sido prácticamente imposible ver movimiento de este calado, y en los principales pares de divisas (a excepción de la Libra), ha ocurrido algo parecido.
En principio, 2018 no se presenta muy distinto al año que estamos apunto de dejar atrás. Las Bolsas americanas parten de una gran valoración (hay quien habla de clara sobrevaloración y de peligro de corrección), y las Bolsas europeas vuelven a partir como las mejor situadas por fundamentales en Occidente.