En los últimos años, los mercados han sufrido una transformación muy profunda. Muchas de las variables y características que definían a los distintos mercados a finales del siglo pasado, ahora directamente no son de aplicación.
La aparición del trading de alta frecuencia (high frecuency trading), la popularidad de la especulación por parte de pequeños inversores con derivados, el crecimiento de los fondos de inversión y la concentración del mercado, la sofisticación y el avance de la tecnología… Son muchos los factores que explican esta transformación.
En este contexto, vamos a hablar hoy de un término que ha sido repetido varias veces en los últimos tiempos, con un sentido bastante negativo: flash crash.
Éste término hace mención a lo que podría considerarse como un movimiento muy fuerte, súbito y repentino, en la cotización de un activo concreto. Los flash crash son grandes enemigos de los traders, más que de los inversores tradicionales. Esto es así porque, en muchas ocasiones, suele ser un movimiento de ida y vuelta, que apenas dura unos segundos / minutos, y transcurrido el cual, los precios en muchas ocasiones vuelven al mismo punto. Para el inversor de largo plazo, poco varía. Pero al trader puede ocasionarle un destrozo importante en su cuenta.
Podemos citar varios ejemplos recientes de flash crash de gran calado mediático.
Por ejemplo, el 6 de mayo de 2010, el índice Dow Jones, uno de los más importantes del mundo, se desplomó cerca de 1.000 puntos (alrededor de un 9%), en cuestión de minutos. En concreto, a las 14:42, hora de Nueva York, el Dow Jones comenzó a desplomarse, perdiendo más de 600 puntos en 5 minutos. A las 15:07, el índice había recuperado la mayor parte de la caída.
ÍNDICE DOW JONES
En abril de 2015, Navinder Singh Sarao, un trader institucional británico, fue detenido por su presunta participación en el flash crash del Dow Jones. De acuerdo con los cargos penales presentados por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, Sarao supuestamente utilizó un programa automatizado para generar grandes órdenes de venta, empujando a la baja los precios, que luego canceló para comprar a los precios más bajos del mercado.
Otro célebre episodio fue el acontecido con el cruce de la Libra Esterlina con el Dólar Americano el 10 de octubre de 2016. Durante la sesión asiática y sin mediar razón alguna, el par se desplomó de pronto un 6%. A los pocos segundos, el par recuperó la mayor parte del terreno perdido. Aún no se sabe exactamente lo que sucedió.