Estadísticamente, el concepto de correlación hace mención a la fuerza y la dirección de una relación lineal y proporcional entre dos objetos subyacentes. Se considera que los dos objetos están cuantitativamente correlacionados cuando existe un alto grado de concordancia en sus movimientos, en sentido, momento e intensidad. Matemáticamente, la correlación se expresa entre +1 (correlación perfecta y total) y -1 (correlación totalmente inversa), siendo los valores cercanos a 0 indicativos de que no existe relación alguna entre ambas variables.
Una de las cuestiones más características de los mercados hoy en día es el elevado grado de correlación que se puede apreciar entre activos de muy distinta naturaleza. Esta cuestión se ha ido haciendo más intensa a medida que han transcurrido las décadas, más agentes e inversores se han incorporado, más fuerza han tenido los grandes inversores internacionales y más peso y fuerza han albergado los sistemas de high frecuency.
Correlaciones entre índices bursátiles
Estos son probablemente los activos financieros más correlacionados, por razones obvias. Básicamente, las mismas variables (macroeconomía, bancos centrales, noticias geopolíticas, apetito inversor) impactan en ellos de la misma manera. Dentro de los índices bursátiles, el principal nivel de correlación se suele dar entre los índices de una misma región económica. Por ejemplo, los índices europeos suelen estar muy correlacionados, si bien, se aprecian ciertas diferencias, muy motivadas por la composición sectorial de los distintos índices. Por ejemplo, un índice con un gran peso en el sector bancario, como el Ibex 35, presenta diferencias frente a un índice con mayor peso industrial, como el DAX alemán. El FTSE 100 británico es posiblemente el que tenga un comportamiento más alejado.
También existe una fortísima correlación entre los índices americanos y los europeos, pero en este caso, son los primeros los que condicionan mucho el comportamiento de los segundos, en una relación bastante desigual.
Resulta un ejemplo muy evidente el estudiar qué hace Wall Street desde el cierre de los índices de acciones europeos a las 17:35 y el cierre del mercado americano a las 22:00. De lo que ocurra en ese tiempo va a depender mucho lo que acontezca en la apertura de los índices europeos al día siguiente.
Existe también una correlación inversa entre los índices de volatilidad, como el VIX, y los índices de renta variable.
Correlaciones entre divisas
Existen divisas que están fuertemente relacionadas entre sí, al poseer características comunes (o estar consideradas por los inversores como de naturaleza parecida). Por ejemplo: existe una clara correlación entre las divisas de países o regiones económicas que se caracterizan por producir materias primas, como Australia, Nueva Zelanda o Canadá.
Existe también una clara relación entre las divisas de “mercados emergentes”, como las latinoamericanas entre sí, o éstas con la de otros países como Turquía. También existe una clara correlación entre las divisas que tienen la misma consideración en cuanto a “valor refugio” (aquellas que suben de cotización cuando los inversores sienten miedo de la situación económico-financiera). Las tres divisas que tradicionalmente han sido percibidas como divisas con “valor refugio” han sido el Yen, el Dólar americano y el Franco Suizo.
Correlaciones de índices bursátiles con divisas
La influencia de algunas divisas sobre algunos índices bursátiles es muy importante, y puede llegar a ser uno de los principales catalizadores del movimiento de las Bolsas en el corto plazo. De hecho, en los últimos años, se han abierto varias ventanas temporales en las que el principal movimiento de algunos selectivos se explicaba precisamente con el movimiento de algunas divisas.
Hay que destacar que aquí la influencia es unidireccional: las divisas influyen mucho en las Bolsas, y no al revés.
El principal factor que determina esta relación está en que en algunos índices cotizan empresas con una actividad exportadora muy importante, que se benefician claramente si su divisa nacional se deprecia (y de esa forma, tendrán más ventas en el extranjero).
Seguramente el caso más evidente es el del DAX alemán. Cuando cae el Euro, las empresas alemanas exportadoras se encuentran en una mejor posición, por lo que tienden a ser premiadas en bolsa, y su selectivo se ve claramente beneficiado.
Otro ejemplo muy claro es el del Nikkei japonés, que se beneficia de caídas en el Yen.
Para otros índices como el Ibex 35 es muy importante lo que suceda con las divisas latinoamericanas, dada la fuerte exposición de las principales empresas españolas a Latinoamérica. Así pues, cuando el Peso Argentino o Mexicano, o el Real Brasileño se desploman (y por desgracia, hemos visto bastantes ejemplos últimamente), el Ibex 35 tiende a hacerlo peor, ya que empresas como Santander, BBVA o Telefónica ganarán menos dinero en unos países que pesan mucho en su cuenta de resultados.
Otra gran correlación entre el movimiento de las divisas y los índices bursátiles se establece a través de las materias primas, que cotizan en dólares. Cuando el dólar sube, el precio de materias primas como el petróleo, el cobre, el oro, la plata o el gas natural (por citar las más populares), tienden a resentirse (permaneciendo el resto de variables inmutables). Las compañías mineras o petroleras se ven perjudicadas si el activo sobre el que basan su negocio disminuye de precio, al obtener menores márgenes. Y su cotización en bolsa se resiente.
Uno de los selectivos en los que se puede apreciar con más claridad esta circunstancia es en el FTSE 100 de la Bolsa de Londres, donde cotizan varias de las mientras más importantes del mundo. Así pues, subidas en el dólar no son demasiado positivas para la Bolsa británica, que a su vez, también es muy dependiente de la libra. De hecho, fue muy curioso e imprevisto que, tras el Brexit, la Bolsa de Londres fue una de las más alcistas, puesto que se benefició mucho del desplome que tuvo la libra.
¿Y la correlación entre las divisas y las materias primas? Entre estos dos mercados se observan correlaciones de ida y vuelta pero de distinta naturaleza, como ya hemos adelantado. De un lado: los movimientos del dólar tienen una enorme influencia en todas las materias primas, que cotizan en esa divisa.
Por otro lado, las subidas y bajadas en el precio de algunas materias primas concretas tienen un fuerte impacto en la economía de países que son muy exportadores de las mismas. Por ejemplo, el petróleo está muy relacionado con divisas como el Dólar Canadiense, mientras que los metales tienen mucho relación con el Dólar Australiano o Neozelandés.
Correlación entre los distintos bonos
Al igual que lo que sucede con los índices de renta variable, los bonos están bastante correlacionados entre sí. Esto es así, por lo menos, en los mercados de bonos occidentales. Cuando sube el precio de los bonos americanos, por ejemplo, es altamente probable que los bonos europeos vayan detrás.
Pero si analizamos el mercado de bonos europeos, aquí se produce una situación curiosa. La ineficiente arquitectura europea ha provocado históricamente grandes divergencias entre los conocidos como bonos core (de países de Europa Central, como Alemania, Finlandia, Holanda o Austria), y los bonos periféricos (Italia, España, Portugal y Grecia). De esta forma, cuando crecen las tensiones en los mercados y los inversores sienten cierto miedo, se suele observar un flujo de capitales que sale de los bonos de los países periféricos para buscar la seguridad de los bonos de países como Alemania. En este caso, se produce una correlación inversa muy significativa.
Generalizando esta idea, se observan comportamientos similares entre los bonos de países de máxima seguridad crediticia (los calificados con AAA por parte de las agencias de rating) con los bonos de países con una calificación crediticia mucho más precaria, como los de economías emergentes.
Así que podríamos resumir la correlación existente entre bonos como muy positiva en fases de optimismo y normalidad del mercado, y claramente inversa en fases en las que los inversores sienten miedo o preocupación.
Correlación entre bonos y divisas
Esta no es una correlación demasiado destacable, pues resulta bastante evidente, y a la vez, sorprendente en muchos casos. De ahí que se pueda afirmar que son dos activos con una correlación dudosa y muy cambiante, hasta el punto de que pueden estar descorrelacionados. Y es que son varias las variables a analizar en esta correlación.
De un lado, si atendemos a la principal (la política monetaria), podemos decir que cuando la acción de los bancos centrales se vuelve más restrictiva (subidas de tipos de interés), la divisa sube, baja el precio de los bonos y aumenta la rentabilidad de los mismos. Es decir: habría una clara correlación inversa entre el precio de la divisa y el precio de los bonos denominados en dicha divisa.
Lo mismo sucede cuando la política monetaria se vuelve más expansiva.
Correlación entre los bonos y la Bolsa
Para analizar esta correlación partimos de la base que hemos construido en puntos anteriores. En circunstancias normales (positivas) del mercado, la correlación que existe entre bonos y bolsas es positiva. Es decir: es típico ver como el precio de los bonos y de las Bolsas suben en paralelo.
Entre los bonos y las bolsas hay dos elementos de unión muy poderosos: la macroeconomía y la política monetaria de los bancos centrales.
En los últimos tiempos se está viendo también otro hecho relevante: ante los temores de que la inflación pueda subir (fruto del alza de los precios del petróleo), y los bancos centrales endurezcan sus políticas monetarias, el precio de los bonos está empezando a caer, y la rentabilidad de estos, a subir. Y esto no es algo que esté gustando a las Bolsas: básicamente, si la renta fija paga una mayor rentabilidad, la renta variable se vuelve comparativamente menos atractiva, al aparecer un nuevo competidor. En este caso, la correlación sigue siendo positiva.
De hecho, aquí se observa otra correlación diferente: la existente entre las materias primas y los bonos, que normalmente es inversa (cuando sube el precio de las primeras, se suele reducir, a medio plazo, el precio de los segundos).
Ocasionalmente se han visto episodios en los que ambos activos han estado inversamente relacionados, normalmente en contextos de mayor aversión al riesgo, cuando algunos bonos han actuado como “valor refugio”, albergando inversiones que salían de las Bolsas. Así pues, en capítulos de pánico, es típico ver como sube el precio de los bonos que ofrecen más seguridad (como el bund alemán), caen los bonos periféricos o emergentes y las Bolsas se desploman (a mayor velocidad).
Hablamos de bonos soberanos (títulos de deuda pública). Pero también podríamos hablar de bonos corporativos (los que emiten las empresas para financierse). En este caso no hay valores refugio, por lo que su precio está correlacionado de una forma mucho más positiva al de las acciones.
Los valores refugio
Sin embargo, tenemos que atender, de nuevo, a la particularidad de “los valores refugio”. Y es que las divisas con un claro componente de activo refugio (dólar, yen, franco suizo) se mueven en muchas ocasiones en paralelo a los bonos de dichos países, que también son considerados como activos refugio. De tal manera que, en fases de pánico del mercado, es común ver subir en paralelo al dólar y al precio de los bonos americanos (y por tanto, reducirse la rentabilidad de los mismos), pues ambos activos atraen grandes flujos de capitales que buscan ponerse a salvo.
Con el euro y los bonos europeos también tenemos que tener en cuenta la distinta naturaleza de éstos últimos. Así pues, en fases de pánico, es posible observar caídas en el euro (especialmente si el pánico está generado por incertidumbres políticas generadas pro un país europeo, como en muchas ocasiones se observó en la crisis de deuda europea), caídas en el precio de los bonos europeos periféricos y subida en el precio de los bonos alemanes.
Conclusiones
Ya conoces las principales correlaciones que se dan entre las distintas familias de activos en los mercados financieros, cuestión muy interesante de considerar, toda vez que permite aprovecharse de divergencias entre activos, y que, por otro lado, nos da una gran información de posibles movimientos futuros. En cualquier caso, conocer este tipo de correlaciones nos coloca en mucha mejor posición para enfrentarnos a los mercados como traders.
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