La mayoría de las acciones de marketing por parte de los brokers que citábamos en el anterior post son muy normales, y no debemos de desconfiar necesariamente de ellas. No podemos llegar a la conclusión de que “el mejor bróker es el que no intenta captarme activamente como cliente”. En absoluto. Si bien, ante acciones de captación muy agresivas por parte de los brokers (como los bonos de dinero para hacer trading si se abre la cuenta), probablemente podamos pensar en la poca capacidad del bróker para atraer a traders que buscan una elevada calidad en el servicio, que es lo más importante.
Debemos de considerar dos cuestiones a la hora de analizar estas campañas de marketing de los brókers: su grado de “agresividad”, y la calidad del soporte sobre el que se anuncian (si es en los grandes medios financieros o por otras vías menos profesionales y con peor capacidad de filtro).
Y es que, al margen del esfuerzo en marketing que realicen los distintos brókers, debo prestar atención a cuestiones mucho más importantes.
Brókers: ¿A qué debo atender y a qué debo desconfiar?
El hecho de que el bróker esté registrado en la CNMV resulta imperativo. Si además tiene una oficina en el país resulta mucho mejor.
También es interesante atender al país de origen del bróker, y a si éste es internacional.
Por supuesto, el que tenga comisiones bajas es algo importante. Sin embargo, cada vez es más difícil encontrar grandes diferencias entre unos brókers y otros a este respecto.
El que el bróker nos ofrezca una buena plataforma de gráficos, y no únicamente una plataforma construida “in-house”, es también algo a valorar.
Si se trata de un bróker de CFDs, es importante asegurarnos que existe un compromiso por su parte de realizar coberturas de las posiciones que toman sus clientes. La práctica totalidad de los brokers de CFDs son market makers, es decir: generan sus propios precios, ofreciendo productos sintéticos que cotizan OTC. Pero la cuestión diferencial es cómo cubren esas posiciones sintéticas.
Otras valoraciones a tener en cuenta
También es valorable que el bróker tenga muchos clientes, o que lleve muchos años en el mercado.
Aunque muchas veces no es fácil acceder a esta información, el que no haya sido sancionado por ningún regulador es una cuestión muy interesante.
Podemos también apreciar que el broker tenga un departamento de análisis como una señal de calidad del mismo.
Hay brokers que son entidades independientes, y otros que pertenecen a algún grupo bancario, lo que también denota una mayor robustez.
Y los mayores brokers internacionales cotizan, en algunos casos, en Bolsa. Esa circunstancia es sin duda muy valorable, pues nos asegura que el bróker se ha sometido a auditorías de todo tipo y que va a cuidar de forma mucho más rigurosa cualquier circunstancia que pueda impactar en el precio de sus acciones.
No cabe sacar grandes conclusiones de la gama de productos de inversión que ofrezca el bróker, más allá de considerar que los brókers que ofrecen únicamente productos OTC (como los CFDs o el FX) son los que suelen centrar las sospechas de los traders. El ofrecer productos cotizados en un mercado regulado es siempre mucho más nítido.
En definitiva, hay muchas cuestiones a considerar a la hora de elegir un bróker.
Afortunadamente, los reguladores y la accesibilidad de la información ponen cada vez más difícil el que aparezcan “chiringuitos” que tengan un comportamiento nocivo para los traders.