La inflación subyacente es un concepto fundamental para medir y comprender el comportamiento y la evolución de la economía. Los analistas, políticos e incluso los mandatarios de los bancos centrales la tienen en consideración para tomar decisiones.
En este artículo descubrirás qué es la inflación subyacente; así como el uso y la importancia de este indicador económico.
¿Qué es la inflación subyacente?
Para entender qué es la inflación subyacente es preciso hacer un repaso sobre qué es y cómo se calcula la inflación general.
Cómo seguramente sabrás, puesto que es un fenómeno que afecta directamente a tus finanzas personales, la inflación se define como el aumento generalizado y sostenido de los precios durante un determinado período de tiempo.
Se trata de un fenómeno económico que es preciso controlar. De hecho, el objetivo principal del Banco Central Europeo es mantener la estabilidad de los precios. Es decir, mantener la inflación anual en cotas cercanas al 2%.
Para controlar la inflación es necesario medirla a través de un indicador. En España, el indicador que mide la tasa inflacionaria es el Índice de Precios al Consumo (IPC) y lo calcula mensualmente el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Ahora bien, para calcular el IPC se tienen en consideración un conjunto de bienes y servicios que consumen los hogares, denominado “cesta de la compra”.
Sin embargo, en la cesta de la compra se incluyen una serie de productos caracterizados por ser altamente volátiles:
- Los productos energéticos.
- Los productos alimenticios no elaborados.
Dicho de otro modo, tanto la alimentación como la energía tienen la capacidad de variar de precio sustancialmente, alterando el resultado del IPC y distorsionando la percepción real de la tasa inflacionaria.
Con el fin de obtener un reflejo más preciso de la inflación, se ha creado el concepto de inflación subyacente, el cual no contabiliza ni los precios de la energía ni los alimentos frescos
¿Cómo se calcula la inflación subyacente?
Al igual que la inflación general, la inflación subyacente tiene su propio indicador: el IPC subyacente.
Sencillamente, se trata del IPC sin tener en consideración los productos anteriormente mencionados. También lo calcula el Instituto Nacional de Estadística con una periodicidad mensual y se ofrecen dos datos:
- Variación mensual: el aumento con respecto al mes anterior en forma de porcentaje.
- Variación anual: el aumento con respecto al mismo mes del año anterior en forma de porcentaje.
Al excluir del cálculo aquellos productos y servicios más volátiles, el IPC subyacente suele arrojar una tendencia más clara y estable.
¿Cómo se complementa la inflación subyacente con la inflación general?
Como habrás podido comprobar, la diferencia entre la inflación subyacente y no subyacente tan sólo radica en los elementos que se incluyen para su cálculo. No obstante, ambos indicadores son complementarios para medir el coste de la vida.
Para entenderlo mejor, imagina que el precio del combustible aumenta significativamente debido a problemas temporales.
Si los economistas, políticos y responsables de las políticas monetarias tomasen en consideración el IPC general para tomar decisiones que afectan a la economía observarán que ha habido un repunte de la inflación, cuando tan sólo se trata de un componente que tiene una alta volatilidad y no es extraño que varíe de precio de forma brusca.
Puede darse el caso de que las decisiones tomadas sean erróneas, puesto que están viendo la inflación distorsionada por los efectos del precio del combustible.
Por este motivo, comparan el IPC general con el IPC subyacente. Si la diferencia entre ambos indicadores es significativa, se vería que en realidad la inflación se mantiene relativamente estable y no es preciso tomar medidas drásticas.
En síntesis, la inflación subyacente se enfoca en los productos y servicios con menor volatilidad y tiene como finalidad ofrecer una visión más clara del comportamiento de los precios, eliminando el ruido que provoca la energía y la alimentación.