La inversión en Bolsa y en los mercados financieros requiere, como es lógico, de un estudio previo que genere o fundamente las decisiones de inversión.
Desde tiempos inmemoriales existe un debate abierto entre dos escuelas de análisis principales: el análisis fundamental y el análisis técnico.
Ambas filosofías de inversión no son opuestas, pero sí que se encuentran muy alejadas. En algunas cuestiones pueden ser incuso complementarias.
Análisis fundamental
El análisis fundamental se aplica sólo a las acciones (renta variable). Mientras que el análisis técnico es susceptible de ser aplicado a cualquier activo que cotice (acciones, índices, divisas, materias primas, bonos, etc).
El análisis fundamental consiste en estudiar los balances y el modelo de negocio de una compañía hasta el más mínimo detalles. Es casi una obra de orfebrería: se descompone la contabilidad de la sociedad y se escrutan los ingresos, la deuda, el inmovilizado, y otras cuestiones, como la competencia y su situación frente a ésta, las participaciones cruzadas, el estilo de gestión de sus dirigentes, la política regulatoria que afecta al negocio, y un largo etcétera.
Y además…
Dentro del propio análisis fundamental existen distintas modalidades de estudio: el descuento de flujo de caja, los comparables, el PER, la suma de partes, el Valor Neto Contable… El objetivo en todos los casos por parte del analista fundamental es conseguir llegar al justo y racional valor de la empresa, y por consiguiente, del precio justo de las acciones de la misma. Y de esa forma, al comparar ese precio calculado obtenido con la cotización actual, se puede llegar a la conclusión del potencial de subidas de dicha compañía.
El análisis fundamental es ampliamente respetado por la comunidad inversora. Suele estar pensado para inversiones a más largo plazo (entre 6 y 12 meses, como escenario objetivo). Este tipo de análisis poco tiene que ver con el trading por varias razones. Principalmente porque el trading es especulativo, en base a probabilidades, alcanzando la racionalidad a través de otros cauces que, desde luego, tienen plazos mucho más cortos de ejecución.
Análisis técnico
El análisis técnico sí que resulta la base del trading. Distintos estudios apuntan a que cerca del 70% de los especuladores en los mercados utilizan algún tipo de análisis técnico para tomar sus decisiones de inversión. Posiblemente y por desgracia, otro porcentaje demasiado abultado toman sus decisiones en base a la intuición.
Volviendo al técnico: la filosofía que subyace es que toda la información del activo se deposita en la tendencia de los precios, que se puede visualizar de distintas formas. Es decir: todas las fortalezas o debilidades de las empresas se reflejarán tarde o temprano en el precio de la acción.
El análisis técnico no es tan respetado como el fundamental, y tiene muchas voces críticas que lo tachan de simplista o carente de demasiado valor añadido. Además, el análisis técnico tienen muchísimos modalidades distintas, que en algunos casos pueden resultan contradictorias. Es decir: es demasiado subjetivo e interpretativo.
Más datos
Como casi todas las cosas en esta vida, todo esto es relativo.
En las últimas fechas está surgiendo una combinación de ambas escuelas, en lo que se está llamando análisis value & momentum. Esa modalidad pasaría por localizar acciones con muy buenos fundamentos que proyecten un gran potencial, y a la vez, esperar a que exista un buen momento técnico para apostar por ellas.
El análisis macroeconómico es también importante para establecer inversiones a medio plazo.
En cualquier caso, hay que insistir en que el trading no debe ser visto como una modalidad de inversión, sino de especulación a corto plazo. Y se puede hacer trading sobre empresas que tienen unos fundamentales magníficos, y con otras que los tengan muy poco prometedores.
