El peligro de sobreoperar, uno de los errores frecuentes del trading
Cuando empecé a hacer trading de forma profesional, en la fase del paper trading me enfrenté a unos de los errores más comunes que se cometen a la hora de operar en los mercados de capitales: la sobreoperativa.
¿En qué consiste esto? Pues en no ser lo suficientemente riguroso a la hora de filtrar las situaciones o momentos en los que voy a entrar en el mercado.
A su vez, al problema de la sobreoperación se puede llegar por dos caminos.
Por un lado, puede ser que estemos más horas de las debidas delante del ordenador. La mayoría de los traders de éxito y de gran experiencia conocen perfectamente en qué horarios deben operar. Y no suele ser más de cuatro horas al día.
El horario para hacer trading
Dependiendo del mercado en que operemos, y del sistema que sigamos, debemos tener un horario en el que desarrollaremos nuestra operativa. La mayoría de los traders europeos suelen operar entre las 8 y las 11 de la mañana. Los índices, las acciones, y todas las divisas que incluyen al Euro o a la Libra en sus cruces, suelen ofrecer las mayores oportunidades operativas en esa franja. Hacia media mañana, la mayoría de traders apagan sus pantallas y abandonan la operativa, pues el mercado empieza a caer en una fase completamente lateral.
Otra ventana típica de la operativa es la antesala de Wall Street. Es decir: a partir de las 14:30, y hasta el cierre del mercado europeo a las 17:30. Aquí, los índices occidentales vuelven a recuperar su volatilidad. Los cruces de divisas en las que el Dólar es protagonista también se aceleran. E incluso las principales materias primas, como el Oro, el Petróleo, o el Gas Natural, hacen lo propio.
Si se fijan, en estas dos ventanas del mercado que he señalado es donde se acumulan casi la totalidad de los datos macroeconómicos que sacuden las cotizaciones.
Digamos que el seguir buscando puntos de entrada para abrir posiciones al margen de estas dos secuencias temporales, podría considerarse algo parecido a la sobreoperativa.
Pero existe otro plano muy típico en el que se puede cometer el mismo error: no ser lo suficientemente exigente con nuestro sistema. Este es precisamente el fallo que yo cometí.
La exigencia del sistema de trading
La mayoría de sistemas discrecionales de trading consisten en el solapamiento de distintos criterios que van filtrando el mercado hasta dar con el punto óptimo de entrada, en el que debo contar con más posibilidades de éxito que de fracaso. Por ejemplo: puedo decidir abrir una operación cuando la cotización se encuentra en tendencia de cortísimo plazo, que además, coincide con la tendencia de fondo, y estamos lejos de un soporte o resistencia, y el volumen se está incrementando en las últimas velas (por poner un solo ejemplo).
Pues bien. No debo de cometer el error de abrir una operación sin que se den todas las condiciones que incluye nuestro sistema. De esa forma, abriremos más operaciones de las debidas, y sobreoperaremos.
Recuerdo cuando comencé a probar un sistema de scalping en paper trading, y mientras que yo realizaba en una mañana 15 operaciones, mi mentor realizaba apenas 3.
Con el tiempo, cuando fui cogiendo más práctica, nuestro número de entradas se fue igualando.
