Lo primero que debemos preguntarnos es ¿qué son las acciones que no cotizan en bolsa?
Las acciones que no cotizan son participaciones en el capital social de una empresa que no se negocia en el mercado de valores público.
No es frecuente contar con un valor de mercado sobre estas participaciones, así que habrá que estimar el valor de la inversión directa.
Conviene tener muy claro que se pueden vender acciones que no cotizan en bolsa, aunque habrá que ponerse de acuerdo con un tercero para venderlas al precio que libremente pacten.
Veamos los diferentes métodos de valoración de las acciones de empresas que no cotizan en bolsa:
- Basados en valor patrimonial, es decir, tienen en cuenta únicamente la situación de la sociedad en el momento concreto y determinado.
- Basados en el descuento de flujos de caja, donde el valor de la compañía se calcula como el valor actual neto de sus flujos futuros de dinero.
- Basados en ratios bursátiles, valoran una empresa buscando otras similares, usando por excelencia el PER.
¿Qué formas hay de vender acciones que no cotizan en bolsa?
Las opciones posibles para vender acciones que no cotizan en bolsa es venderlas a un tercero, que pudiera estar interesado, o a la propia sociedad.
Si una parte tiene el deseo de llevar a cabo la venta de acciones se pondrá en contacto con su banco o sociedad de valores, y ellos se encargarán de todo, cobrando las correspondientes comisiones.
Esta opción se usa en las suspensiones no a largo plazo, en las que queremos hacer líquida nuestra posición, otra posibilidad es que sean acciones de una sociedad excluida de cotización plenamente operativa, donde una de las partes tendrá que ponerse en contacto con la sociedad y ofrecérselas directamente.
Esta operación se lleva a cabo ante un notario o en documento privado, en el cual, queda pactado el precio convenido.
¿Y qué ocurre si la empresa que no cotiza en bolsa entra en concurso de acreedores?
Según la CNMV si la sociedad está inactiva podemos renunciar a pagar las comisiones de custodia al bróker.
En el caso de que la empresa siga activa habría que esperar a que vuelva a cotizar o transmitirlas a una persona interesada, para ello debe constar en documento público según el “Régimen de la Transmisión voluntaria de participaciones por actos inter vivos”.
Acciones que no cotizan en bolsa IRPF
Ahora bien, al igual que ocurre con las acciones que cotizan en bolsas, las ganancias o pérdidas patrimoniales que deriven de la venta de acciones que no cotizan en bolsa tributarán en el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Esta ganancia o pérdida se calcula de la siguiente manera:
Ganancia o pérdida = valor de venta – valor de compra
El valor de venta no puede ser inferior al mayor de los dos siguientes valores:
- El teórico resultante del balance correspondiente al último ejercicio cerrado con anterioridad a la fecha de devengo del impuesto.
- El resultante de capitalizar el 20% el promedio de los resultados de los tres ejercicios sociales anteriores antes del devengo del impuesto.
A la hora de incluir las ganancias patrimoniales en el IRPF, ten en cuenta que las acciones adquiridas con anterioridad al 31 de diciembre de 1994, reducen con los establecido en la disposición octava de la ley 18/1991, dependiendo del periodo de permanencia entre la fecha de adquisición y el 31 de diciembre de 1994, y las acciones sin cotización oficial que se reducen en 14,28% por cada año de permanencia.
Por último, ya ha quedado claro la posibilidad que existe de poder vender las acciones a un tercero que acepte ser titular, con tan solo la firma de un documento notarial de venta en el que se fije el precio de los títulos.
Si quieres conseguir un ahorro fiscal, lo recomendable sería hacer una venta, ya que te permite aflorar las pérdidas de las acciones que no cotizan en el IRPF.