Un ETF consiste en un fondo de cotización cuyo nombre procede de las siglas en inglés Exchange Trade Fund. Estos fondos de inversión tienen participaciones que se negocian del mismo modo que harías con las acciones, al igual que ocurre a la hora de su liquidez. De hecho, los ETFs se pueden comprar y vender en bolsa, con las mismas comisiones que tendrían si se tratara de acciones. Esto puede que te sorprenda, ya que tradicionalmente las participaciones solo se han podido suscribir a su propio valor liquidativo.
Los ETFs son, entonces, fondos cotizados. Funcionan como las acciones en bolsa, por lo que existe una gestora que vende y compra lo necesario para que el comportamiento de este producto sea similar al de un objetivo. Tienen ciertas características básicas, como que son fondos indexados, es decir, tienen la capacidad de aumentar según va aumentando la oferta de los índices de referencia, pues su política de inversión es seguir su comportamiento (el IBEX 35, IBEX Medium Caps, Nasdaq 100, etc.). Con un curso de invertir en bolsa son muy sencillos de comprender.
Por qué te interesan los ETFs
Hay muchas razones que pueden hacer que te interesen los ETFs. La primera de ellas es que están muy diversificados. Como te hemos mencionado, replican un índice de referencia y negocian en un mercado con la representación de su cartera de acciones. Los ETFs son también muy ágiles, pues solo necesitan una transacción para exponerse a dicha cartera.
Sus costes de transacción son muy eficientes. La capacidad de replicarse se realiza en una sola transacción, no necesita seguir los ajustes o cambios que se produzcan en su índice de referencia, pues esto es automático al llevarlo a cabo la gestora. Por su parte, tiene comisiones muy reducidas, pues su objetivo, de nuevo, es replicar un índice bursátil.
Las comisiones están implícitas en dichos fondos.
A su vez, podrás usar alguna estrategia de cobertura complementariamente a sus productos derivados. Sobre la liquidez tampoco tendrás que preocuparte, pues esta se encuentra garantizada por parte de los intermediarios especialistas. A lo largo de la compra y venta de las participaciones, estas figuras propias de los ETFs se comprometen a ofrecer los precios en cada momento.
Para qué te interesan los ETFs
Los ETFs pueden tener un interés particular para cada persona. No obstante, hay algunos rasgos comunes que pueden hacer que estés interesado. En primer lugar, con ellos puedes operar en tus otros mercados habituales sin ningún tipo de complicación o sin ni siquiera prestar demasiada atención. Un ejemplo es invertir genéricamente en bolsa con tu ETF si sueles hacer tus inversiones en renta fija.
Si, por otro lado, quieres diversificar y no invertir solamente en acciones, puedes tener un ETF que haga un seguimiento genérico de un bono. Por otro lado, puedes centrarte en ciertas materias primas específicas. Los ETFs te abren numerosas posibilidades de inversión de manera sencilla y cómoda.
En conclusión, los ETFs tendrán en esencia una liquidez similar a la cartera de valores del índice de referencia que repliquen y mantendrán unos parámetros que estarán fijados previamente a que se admita su cotización. El cumplimiento de dichos parámetros estará supervisado por la Bolsa, tanto en lo que se refiere al diferencial de los precios como al volumen de los títulos que se ofertan o demandan o a la profundidad.
Los ETFs aportan un sinfín de oportunidades para que inviertas, y no solo si eres un particular. Un ETF también está abierto a los gestores institucionales, ya que mediante una sencilla operación en bolsa a tiempo real, estos podrán exponerse a diversos sectores, diferentes países y toda clase de activos. La exposición se hará a tiempo real y el coste es muy eficiente. Suscríbete a nuestro Club BPT para aprender más de bolsa.