Como hemos comentado en varias ocasiones en este blog, el trading suele realizarse con productos financieros que cuentan con apalancamiento. Aprovechamos para refrescar el concepto de apalancamiento: es la relación que existe entre el valor de mercado de los activos que estoy comprando o vendiendo, y la cantidad que el bróker me demanda para realizar la operación (lo que se suele conocer como margen de garantía).
El concepto queda muy claro si utilizamos el símil de una vivienda. Si queremos comprar una casa cuyo valor de mercado es de 500.000 €, y solo tenemos ahorrados 50.000 €, es imposible que consigamos comprar la vivienda, salvo que solicitemos una hipoteca. Si vamos al banco y pedimos una hipoteca por 450.000 €, nos estamos apalancando (o endeudando).
Pues bien: si trasladamos estos conceptos al mundo del trading, tenemos que el margen de garantía serían los 50.000 € que tenemos ahorrados (la entrada de la casa), el valor de mercado de la posición serían los 500.000 € que vale la casa, y el apalancamiento, en este caso, sería de 10 veces (tengo 50.000 y me expongo a un valor de mercado de 500.000 €).
Como vemos una vez más, el trading es una actividad que, aunque parece lejana y extraña, tiene mucho que ver con la lógica de la vida cotidiana.
Volviendo a los productos con los que hacer trading.
Es extraño encontrar a un trader que utiliza acciones reales. Más bien aquí entramos en el concepto de inversor (si bien, la frontera entre ambas actividades es muy difusa).
El motivo estriba en que la cantidad de dinero necesaria para obtener un sueldo mensual de forma regular comprando y vendiendo acciones es muy elevada, además de la enorme dificultad de poder beneficiarnos de movimientos bajistas en el precio de las mismas.
Algo parecido ocurre con los fondos de inversión o con los ETFs (fondos que se gestionan pasivamente al replicar a un segmento del mercado que no suele experimentar variaciones). Normalmente son los inversores de largo plazo los que consumen este tipo de producto.
Productos financieros con apalancamiento
Si empezamos a entrar en productos que tengan algo de apalancamiento, los primeros en aparecer son los ETFs con apalancamiento. Por ejemplo, puedo comprar un ETF que reproduzca el doble de la variación diaria del DAX alemán, o de cualquier otro índice. Incluso hay ETFs que ofrecen más apalancamiento que dos veces. Aun así, sigue siendo minoritario entre los traders el uso de este tipo de productos.
A continuación aparece un producto financiero que ahora está en desuso, pero que hace unos años sí que era más popular: las acciones compradas o vendidas a crédito. En ese tipo de operaciones, el banco financiaba la compra de acciones, cobrando un tipo de interés a cambio de permitir un menor consumo de capital por parte del inversor. Es decir: estaríamos ante el concepto de “hipoteca” para la compra o venta de acciones.
Más datos…
Sin embargo, y como decimos, la aparición masiva de los CFDs (de los que hablaremos más adelante), ha dejado en desuso este tipo de operativa.
Llegados a este punto, es necesario mencionar a las opciones y los warrants. Describir estos productos financieros daría para un libro, y tampoco son productos con los que los traders realizan el núcleo fuerte de su operativa, pero sí son más utilizados como herramientas de cobertura o como formas alternativas de especulación al margen del trading.
Las opciones y los warrants dan derecho a comprar o vender un activo a una fecha concreta y a un precio previamente determinado, a cambio de pagar ahora una prima. No ahondaremos mucho más en la descripción de los que probablemente sean los productos más complejos que existen a este respecto. En el siguiente post nos centraremos en la descripción de los dos vehículos más típicos para hacer trading: los futuros y los CFDs.