¿Qué es la volatilidad?
Este concepto es básico para conocer el funcionamiento del mercado financiero. La volatilidad es la variación de precio que experimenta una acción durante un periodo de tiempo determinado. El mercado también tiene su volatilidad y cuando los resultados de esta se compara a los de una acción, pasa a llamarse Beta.
Representar la volatilidad es fundamental para medir el riesgo. Especialmente cuando se invierte en renta variable, una modalidad en la que no se pueden predecir los resultados y al igual que puede aportar grandes beneficios, es capaz de generar pérdidas irreparables. Por este motivo los expertos recomiendan invertir con dinero extra que no cause daños a la economía personal y diversificar lo invertido para que las posibles pérdidas sean compensadas con posibles ganancias.
¿Qué mide la volatilidad?
Con la volatilidad se pueden medir tres tipos de riesgos. El primero de ellos es el riesgo emisor que es la posibilidad de que la empresa que emite las acciones entre en quiebra y los inversores decidan vender de forma masiva. Si esto se produce, los precios se hunden. Esta posibilidad parece remota, pero determinadas compañías han cometido errores internos de planificación o no han sido capaces de superar los cambios que se producían en los mercados.
Otro riesgo muy común es el de liquidez que se produce cuando el inversor aporta un dinero para adquirir un lote de acciones y después las ventas, no dan los resultados esperados y ve perjudicada su economía. En estos casos lo mejor es vender y reducir la cuantía de la pérdida. Una vez que se invierte es imposible echarse atrás.
Una referencia importante es la de la volatilidad histórica que es la variación de rentabilidad a la que se somete un activo en un periodo de tiempo determinado, comparándolo con los niveles medios de rentabilidad que se producían en aquel momento.